A finales de los 90,s en el bar Tupperware improvisaba un pequeño plató en la parte de abrriba del bar.
Compraba la película de 120 ml, cargaba mi Zenza Bronica y a disparar. Convocava a gente que quería, respetaba o que de algún modo admiraba, en esa épeca eramos todos amigos, formabamos parte de un diverso grupo compuesto por camareros, músicos, dibujantes, porteros, promotores un largo etc de artísticas y alternativas ocupaciones.
El proyecto continua en el espacio y tiempo, hasta la actulidad. No se cuantos retratos tengo del barrio, los hago de vez en cuando, pueden pasar años entre unas sesiones y otras, de manera que esta seríe de fotografías conforman sin ninguna vovación de serlo, una representación humana del barrio de Malasaña en Madrid, de la noche malasañera, un conjunto de recuerdos y personas que hicieron al barrio único, diferente, y muy muy divertido.
